domingo, marzo 24

¿Creen en Dios los Budistas?

CREEN EN DIOS LOS BUDISTAS Según como conceptualicemos a Dios tiene gran peso en la respuesta a esta pregunta. Una encuesta informa que el 99% de los estadounidenses aduce creer en Dios. Sin embargo, no obstante la amplitud de la religiosidad en los EEUU, la ascendente tasa de criminalidad, el aumento a la adicción a narcóticos, epidemia de aflicciones mentales, y el reaviva miento de la pena capital - para solo enumerar algunos síntomas - no son signos de una sociedad espiritualmente saludable. Por otra parte, los europeos reportan un creciente vacío - un hueco con forma de dios - donde una vez en la conciencia humana existió Dios. Algo que también parece estar claro es que la concepción de Dios no es algo uniforme. Hay tantas versiones de Dios como gente que cree esas versiones, ya que el concepto de Dios nunca ha sido algo estático. Tal y como escribe Karen Armstrong en "Una historia de Dios": "Tal parece que crear dioses es algo que los seres humanos siempre han hecho. Cuando una idea de Dios deja de funcionar, sencillamente se reemplaza. Estas ideas desaparecen tranquilamente y sin grandes fanfarrias, tal y como ocurrió con la idea del Dios del Firmamento. En nuestros tiempos actuales, mucha gente diría que el Dios adorado durante siglos por judíos, cristianos y musulmanes se ha tornado tan remoto como el Dios del Firmamento. Armstrong concluye diciendo: "Los seres humanos no pueden resistir el vacío y la desolación, y llenarán ese vacío con la creación de un nuevo foco para dar sentido a las cosas. Los ídolos del fundamentalismo no son buenos sustitutos para Dios. Si hemos de crear una vibrante nueva fe para el siglo 21, quizás deberíamos ponderar la historia de Dios para extraer algunas lecciones y alertas. Cuando a los budistas se nos pregunta si creemos en Dios, tendemos a contestar con nuestra propia pregunta: ¿A cual Dios te refieres? ¿Se trata del Dios de Abraham, el Dios del Viejo Testamento? Este dios era un padre estricto, creador, protector y castigador, otorgador de leyes. Este dios también requirió de Abraham sacrificara a su hijo, Isaac, y autorizó la conquista y matanza de miles de personas. ¿Se trata del Dios de Agustín, el Dios de la Iglesia Cristiana primitiva? Este era el dios de la iglesia poderosa, heredera de los remanentes del imperio romano. Este Dios juzgaba a toda la humanidad, basado en el pecado original de Adán. La religión basada en este dios requiere que nos consideremos como fundamentalmente incompletos y originalmente pecaminosos. ¿Se trata del Dios de Miguel Ángel, un dios personal, tal y como aparece pintado en el techo de la Capilla Sixtina? Este concepto de Dios ayudó a desarrollar el humanismo liberal tan altamente valorado en Occidente. Se ajusta bien a una Europa que despertaba y se expandía. Este dios ama, juzga, castiga, ve, oye, crea y destruye, tal y como lo hacemos nosotros. Este dios inspira. Sin embargo, esto también podría significar un impedimento si presumimos que este dios quiere lo que nosotros queremos, y detesta lo que nosotros detestamos, lo que validaría nuestros prejuicios, en vez de alentarnos a trascenderlos. El hecho de que este Dios "personal" es varón (y usualmente de la raza blanca) ha creado profundos problemas existenciales tanto para las mujeres, como para quienes no sean de raza blanca. ¿Se trata del Dios omnipotente que algunos teólogos creen murió en Auschwitz? Para algunos y algunas, la idea de un Dios todo sapiente y todo poderoso es difícil de reconciliar con la maldad del Holocausto. Esto es así, ya que si Dios es verdaderamente omnipotente, este pudo haber evitado esa desgracia. Y si no pudo evitarla, es impotente; y si la pudo evitar, optó por no hacerlo, no es misericordioso. Igualmente, nuestro rápido y expansivo conocimiento científico sobre el universo hace aparente que Dios ya no esta "allá arriba", ni "allá afuera". En los cielos parece estar ausente la protectora, enjuicia dora, y vigilante presencia divina, tal y como la concebía el mundo antiguo. Tal y como una serpiente muda la piel en el proceso de crecimiento, al presente somos testigos del crecimiento de nuestra concepción colectiva de Dios, que aún no está clara. Hay quien cree que, de hecho, en esta era una nueva visión de Dios esta en proceso de emerger. Esta visión deja atrás las imágenes del teísta, histórico y externo Dios de las alturas, y las reemplaza con imágenes profundidad interna de un dios que no esta afuera, sino que es parte integral y fundamental de nosotros. Esta es una perspectiva muy consistente con el concepto budista de la Ley Mística Esta Ley Mística es la entidad o verdad máxima que impregna a todos los fenómenos en el universo, y no es un ser personificado. El ser humano y esta Ley máxima son supremamente inseparables - no existe brecha alguna entre los seres humanos (todos, sin excepción) y esta idea de dios como una Ley Mística. Esta verdad eterna e inalterable que reside dentro de nosotros es la fuente donde podemos obtener la sabiduría misericordiosa que concuerde con las circunstancias cambiantes, así como lograr la valentía y confianza para vivir de acuerdo a esa sabiduría. Es mística, ya que la totalidad de esta Ley está más allá de la concepción humana, y los esfuerzos por encajonarla en forma humana, por decir algo, tan sólo la restringen y la limita. Es una ley porque es manifiestamente verificable en las vidas cotidianas de cada ser humano individual. Esta realidad máxima, verdad máxima, pureza máxima, existe en las profundidades de cada ser humano. Por esto los budistas consideramos que toda persona es sagrada y esta igualmente dotada con el potencial de alcanzar la iluminación y ser maravillosamente feliz. No hay tal cosa como nosotros acá y ellos allá, ni tampoco están los fieles y los impíos - todos somos entidades de la Ley Mística. Cuando otros miraron hacia los cielos, Buda miró hacia adentro y encontró la inestimable joya de la maravilla y el potencial humano. Reconoció que nosotros también estamos hechos de la "materia prima" divina de la que está hecho el universo. Sencillamente, olvidamos quienes éramos. Así que, ¿creemos en dios? Según la mayoría de las definiciones tradicionales, no. Pero en términos de cómo un creciente número de cristianos conceptualizan a dios, si creemos. Creemos en la Ley Mística, que la llamamos Nam-Myoho-Rengue-Kyo Creemos que existe tanto "aquí dentro", como "allá afuera", y que esta luz interior puede brillar desde adentro cuando nos concienciamos de ella y le abrimos nuestro corazón por vía del acto de invocar Nam-Myoho-Rengue-Kyo. Ciertamente, habrá mucha gente para quien esta manera de comprender a dios será inaceptable. Está bien. Pero también habrá muchos en quienes esto encontrará resonancia. Gente que encontrará que realmente dejó de aceptar las versiones iniciales de Dios; que han comenzado a concebir el universo de forma diferente; y que el concepto de Dios como Ley Mística se equipará con el entendimiento que han alcanzado por cuenta propia. Descubrirán, tal y como lo pueden atestiguar la mayoría de los miembros de SGI, que de manera muy precisa, en nuestro ser espiritual la Ley Mística puede Llenar el hueco con forma de dios. Extraído de Budismo y Cristianismo Por Greg Martín, Asesor Principal del Departamento de Estudio de la SGI-USA) ---