Quiero resaltar la importancia de la selección cuidadosa y correcta de quien compartirá nuestras vidas.
¿Has pensado alguna vez cómo seleccionas tu pareja?
Es preferible una acertada elección ahora, a una relación que tengamos que llevar a rastras por el resto de nuestras vida.
La atracción amorosa ha sido un misterio para el ser humano. Sin embargo, está claro para muchos que cuando buscamos pareja nos sentimos atraídos por personas que gozan de cualidades de las que carecemos. Nos apasionan los encantos que no poseemos y las habilidades que siempre quisimos tener y que, por alguna razón, no desarrollamos. Experimentamos una admiración especial por dichos atributos y por las personas que los exhiben. No en vano simbolizamos nuestro amor con la unión de dos medias naranjas. Nos referimos, muchas veces, a nuestra pareja como nuestra media naranja.
Cuando conseguimos a la persona que posee esos atributos, entonces sentimos que hemos alcanzado la completitud, es como obtener el éxtasis. La naranja se ha completado, por lo menos eso creemos!
Durante la etapa de enamoramiento o de la luna de miel emocional, nos regocijamos en esas aptitudes que nos hicieron enloquecer por nuestros amantes. Si somos tímidos, disfrutamos enormemente de su personalidad extrovertida. Estimulamos su risa, sus comentarios y sus intervenciones en público. Si somos emocionalmente rígidos, nos divertimos con su personalidad artística y bohemia.
Todo parece funcionar a la perfección mientras la etapa de la luna de miel emocional permanece encendida. Pero ¿qué pasa con dichos encantos cuando la realidad toca a la puerta? Es como quitarnos la venda de los ojos. Palpamos una realidad ya ineludible. Todas esas cualidades que constituyeron la esencia primordial del enamoramiento pasan a ser uno de los mayores obstáculos para el amor. Ahora deseas que tu pareja no fuera tan extrovertida, y detestas sus comentarios en público porque te suenan impertinentes más que divertidos. Y para ti, que te deleitabas con sus aptitudes musicales, que te divertías mientras cantaba y bailaba, deseas ahora que compartiera más tiempo contigo, en la calidez y quietud del hogar. Y si te sentías seguro(a) con las características protectoras de tu pareja, ahora te parece controlador(a) e insoportablemente dependiente.
Si no estás consciente de lo que pasa, tratarás de detener o someter esas cualidades que ahora tanto te irritan. Harás todo lo que esté a tu alcance para reprimirlas, como posiblemente hicieron tus padres contigo, razón por la cual nunca las desarrollaste. Es como si intentaras repetir la historia. Así, a quien solías llamar tu media naranja, lo deja de ser de la noche a la mañana. La completitud que creías haber alcanzado fue un simple espejismo. Nunca existió. La búsqueda de completitud es totalmente ilusoria. Ésta nunca es alcanzada a través de una pareja. Tu pareja no está contigo para hacerte sentir completo(a) ni para aliviar tus carencias.
¿Qué hacer, pues, una vez que la fantasía y la magia del enamoramiento termina y las verdaderas caras son develadas? O irremediablemente la relación llega a su final o podría surgir la etapa más larga, complicada pero la más hermosa del amor: el amor bonito. En esta etapa la aceptación y el respeto son claves fundamentales para el éxito de la pareja.
Si las cualidades de tu pareja fueron el gancho que una vez te hicieron sentir mariposas en el estómago, bien vale la pena hacer el esfuerzo por reconciliarte con ellas, para darle la bienvenida al amor bonito. En lugar de intentar repetir una historia de coerción, te invito a reescribir tu relato de vida. ¡Esta vez podría ser diferente!
Está claro que tenemos la oportunidad de resolver nuestra propia frustración para poder darle paso a una resolución personal. Así, lograremos no sólo aceptar los atributos de nuestro(a) compañero(a), ¡sino amarlos!
Tomado de Comunidad Internacional Reiki Dragón Rojo
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miércoles, octubre 27
jueves, octubre 8
Principe Azul ¿Existe o no el hombre ideal?
Hace algunos días tuve la oportunidad de reunirme con algunas compañeras de la universidad, en realidad no éramos muchas, casi siempre las mismas con las que solía hacer planes que solo se hacen con las más amigas.
Les confieso que tenía sentimientos encontrados, debido a que como hacía bastante tiempo que no hablábamos estaba a la expectativa de tener algo que contar y ojalá fuera algo bueno, importante y atractivo. Todo se resumía en “amigas encontré el hombre perfecto”. Y lo digo porque para nosotras, no se si a ustedes les ha pasado nuestras conversaciones terminan siempre girando entorno a ellos y en discutir si existe o no el hombre ideal. Como era de esperarse, todas llegamos muy lindas y eso sí con el mejor atuendo. Ah, por cierto el lugar escogido estaba de ataque y solo para que se hagan una idea se llama solos y solas pero bueno luego hablaremos de estos sitios.
Por ahora les cuento que como si se tratara de un chiste o la ayuda del cosmos, la mayoría éramos solteritas y a la orden, solo una tenía una relación estable. Este fue el punto de partida para que toda la noche expresáramos: ¿cómo debe ser el hombre ideal? Algunas coincidían en pensar que este ideal de hombre definitivamente no existe, porque de alguna u otra manera por más cualidades que se tengan siempre se tiene un defecto y que ese defecto en algún momento tiene que aflorar. Según entendí no es que uno espere un santo canonizado si no uno que sea capaz de reconocer y mejorar, que en lo personal creo que es el dolor de cabeza de la mayoría de las mujeres y el rompimiento de mas de una relación.
El luchar día tras día porque esa persona demuestre con un cambio cuanto le interesamos. Trabajo que si no se tiene resultados nos lleva a un desgaste personal, al desánimo y, porque no, al desamor. Por otra parte, la mas racional de mis amigas, y la llamo así porque es de las que piensa que a las relaciones se les debe meter mas razón que corazón, cree que el hombre ideal es aquel que cumple con las necesidades básicas, es decir que pueda pagarle las tarjetas, los recibos, las salidas, los viajes y una que otra prendita. ¿Acaso es este el hombre ideal para ti? Ahora bien, el lado opuesto lo piensa mi otra gran amiga quién argumenta que para ella su ideal de hombre se resume en solo dos palabras: un ser espiritual y muy trabajador.
Todo punto de vista es respetable y más si se tiene en cuenta que en cuestión de hombres nada está escrito. Reconozco que no es que se trate de interés aunque en algunos casos lo sea, yo prefiero llamarlo “velar por nuestro bienestar económico”. No se si estarán de acuerdo o no pero me imagino que para toda mujer o al menos para mi, el hombre ideal debería ser una mezcla entre el rostro y la figura de Brad Pitt, con la importancia e inteligencia de Barack Obama , la dulzura de Juan pablo II y el bienestar económico de Donald Trump. ¿Te identificas con un hombre así o cómo lo prefieres? Saben que chicas yo soy la más romántica del grupo, toda mi vida he tenido claro que mi hombre ideal es aquel que me ame tal cual como soy, con mis gorditos, con mis defectos, pero sobre todo aquel que me respete y me consienta aún sin maquillaje y recién levantada.
Luego de algunos tragos y el transcurrir de la noche solo coincidíamos en pensar en que ese espécimen llamado hombre son y serán ideales dependiendo del gusto, las características, el amor y la tolerancia que haya en cada corazón. Bien dice el sabio refrán que los hombres son como el transporte público, nunca llega el que uno espera. ¿Será que el hombre ideal de cada quien sale del corazón? ¿Tienes tú el hombre ideal a tu lado?
Les confieso que tenía sentimientos encontrados, debido a que como hacía bastante tiempo que no hablábamos estaba a la expectativa de tener algo que contar y ojalá fuera algo bueno, importante y atractivo. Todo se resumía en “amigas encontré el hombre perfecto”. Y lo digo porque para nosotras, no se si a ustedes les ha pasado nuestras conversaciones terminan siempre girando entorno a ellos y en discutir si existe o no el hombre ideal. Como era de esperarse, todas llegamos muy lindas y eso sí con el mejor atuendo. Ah, por cierto el lugar escogido estaba de ataque y solo para que se hagan una idea se llama solos y solas pero bueno luego hablaremos de estos sitios.
Por ahora les cuento que como si se tratara de un chiste o la ayuda del cosmos, la mayoría éramos solteritas y a la orden, solo una tenía una relación estable. Este fue el punto de partida para que toda la noche expresáramos: ¿cómo debe ser el hombre ideal? Algunas coincidían en pensar que este ideal de hombre definitivamente no existe, porque de alguna u otra manera por más cualidades que se tengan siempre se tiene un defecto y que ese defecto en algún momento tiene que aflorar. Según entendí no es que uno espere un santo canonizado si no uno que sea capaz de reconocer y mejorar, que en lo personal creo que es el dolor de cabeza de la mayoría de las mujeres y el rompimiento de mas de una relación.
El luchar día tras día porque esa persona demuestre con un cambio cuanto le interesamos. Trabajo que si no se tiene resultados nos lleva a un desgaste personal, al desánimo y, porque no, al desamor. Por otra parte, la mas racional de mis amigas, y la llamo así porque es de las que piensa que a las relaciones se les debe meter mas razón que corazón, cree que el hombre ideal es aquel que cumple con las necesidades básicas, es decir que pueda pagarle las tarjetas, los recibos, las salidas, los viajes y una que otra prendita. ¿Acaso es este el hombre ideal para ti? Ahora bien, el lado opuesto lo piensa mi otra gran amiga quién argumenta que para ella su ideal de hombre se resume en solo dos palabras: un ser espiritual y muy trabajador.
Todo punto de vista es respetable y más si se tiene en cuenta que en cuestión de hombres nada está escrito. Reconozco que no es que se trate de interés aunque en algunos casos lo sea, yo prefiero llamarlo “velar por nuestro bienestar económico”. No se si estarán de acuerdo o no pero me imagino que para toda mujer o al menos para mi, el hombre ideal debería ser una mezcla entre el rostro y la figura de Brad Pitt, con la importancia e inteligencia de Barack Obama , la dulzura de Juan pablo II y el bienestar económico de Donald Trump. ¿Te identificas con un hombre así o cómo lo prefieres? Saben que chicas yo soy la más romántica del grupo, toda mi vida he tenido claro que mi hombre ideal es aquel que me ame tal cual como soy, con mis gorditos, con mis defectos, pero sobre todo aquel que me respete y me consienta aún sin maquillaje y recién levantada.
Luego de algunos tragos y el transcurrir de la noche solo coincidíamos en pensar en que ese espécimen llamado hombre son y serán ideales dependiendo del gusto, las características, el amor y la tolerancia que haya en cada corazón. Bien dice el sabio refrán que los hombres son como el transporte público, nunca llega el que uno espera. ¿Será que el hombre ideal de cada quien sale del corazón? ¿Tienes tú el hombre ideal a tu lado?
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