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jueves, septiembre 17

La vida, la muerte, y su sufrimiento


LA VISIÓN BUDISTA DE LA VIDA QUE TRASCIENDE EL SUFRIMIENTO DE LA MUERTE
El Buda Shakyamuni tomó conciencia de la eternidad de la vida a través de confrontar de manera directa el sufrimiento fundamental de la muerte, característico del ser humano. El presidente Ikeda analiza la naturaleza de la iluminación de Shakyamuni y la visión budista sobre la vida y la muerte.
Fortuna de Chile (Adaptado de Diálogo sobre la vida, vol. 3 publicado en japonés en marzo de 1974).
Todos los seres vivos tienen miedo instintivo a la muerte. En particular, la gente experimenta un temor indescriptible al pensar en la clase de mundo que lo estará esperando cuando cruce la frontera de la muerte.
Con loable valentía, Shakyamuni superó esta pulsión primordial a eludir la realidad de la muerte o a afrontarla con temor, y aceptó al sufrimiento como aspecto inherente a la existencia humana. Luego, basado en esta contemplación valerosa, ponderó profundamente la esencia de la vida y la muerte.
El budismo enseña la eternidad de la vida, pero no la expones como una respuesta simplista al anhelo de inmortalidad que suele experimentar la mente humana, Las enseñanzas budista sobre la transitoriedad de todos los fenómenos y sobre las cuatro nobles verdades (que esclarecen las causas y la resolución del sufrimiento) exponen de manera directa la realidad de la aflicciones ineludibles que el ser humano se empeña en negar. Shakyamuni no pretendió atenuar la realidad de la existencia brindando el consuelo de un mito o de una ficción; antes bien, la examinó con fría objetividad. Todo lo que nace está sujeto a morir. Lo afirmó como verdad inherente a la existencia.
¿Por qué morimos? ¿La vida y la muerte son dos instancias completamente separadas entre si? ¿O, al revés, están estrechamente interrelacionadas? ¿Existe una continuidad que subyace a ambas fases de la existencia? Shakyamuni, puesto a reflexionar sobre su propia vida, buscó responder a tales preguntas con objetividad, valentía y tenacidad. Y la verdad con respecto a la cual se iluminó es que la vida es eterna.
La existencia humana abarca tanto la vida como la muerte, fluye eternamente con una fuerza poderosa, repitiendo un ciclo que alterna fases de latencia y fase de manifestación activa. Shakyamuni observó esto en el fluir de su propia vida.
La suya no es una filosofía sobre la inmortalidad de alma, anciada en un apego obstinado a la vida, sino una sólida afirmación de la eternidad de la vida, basada en el reconocimiento de la ley causal que opera en cada ser individual.
El significado de la muerte, frente a esta concepción sobre la eternidad de la vida, es que los seres mueren en bien de su vida. Es como el sueño, que brinda el descanso necesario para poder despertar al día siguiente. En tal caso, morir es un “medio hábil” para vivir. El propósito de la muerte es hacer que la vida brille más y más, mientras que la vida es la actividad innata de la existencia. La vida y la muerte no son dos términos antagónicos; esta última existe en bien de la primera. Este es el significado de la enseñanza del Sutra del Loto según la cual “se entra en el nirvana como el medio hábil”.
El mensaje esencial del budismo no es pesimista ni negativo; tampoco es un optimismo irracional. La filosofía budista examina directamente los sufrimientos de la vida y propone
experimentar la vida con alegría, como resultado de un compromiso con la realidad, más que de eludirla o negarla. Mientras una escapa del sufrimiento, no puede experimentar alegría, como resultado de un compromiso con la realidad, más que eludirla o negarla. Mientras uno escapa del sufrimiento, no puede experimentar alegría genuina. En cambio, el profundo júbilo de vivir, que es un sentimiento perdurable e indestructible, surge cuando uno percibe claramente la realidad de ese sufrimiento que preferiría negar y lo confronta con valentía hasta trascenderlo.
¿Cuál es el propósito de la vida? ¿En qué consiste una existencia realmente significativa? ¿Qué sucede cuando morimos? ¿Qué es la muerte? Nichiren Daishonin nos exhorta a “aprender primero sobre la muerte, y luego sobre el resto de los asuntos”, con el propósito de señalar que solo podemos edificar una vida feliz si confrontamos de lleno la cuestión ineludible de la muerte.
El Sutra del Loto, esencia del Budismo, expones que nuestra vida no se limita solo a la existencia actual, sino que perdura eternamente. Basado en el visión de la vida que deriva del Sutra del Loto, Nichiren Daishonin recalca que cuando vivímos fusionados con la Ley Mística podemos recorrer eternamente el camino de la Budeidad, trascendiendo las aflicciones del nacimiento y la muerte.
Fuente : Revista Puente de Paz Nº 552 Septiembre 2015 pags. 16/17 Panamá
1-Cuatro nobles verdades; Doctrina fundamental del budismo que esclarece la causa del sufrimiento y el camino de la emancipación. Las cuatro nobles verdades son la verdad del sufrimiento, la verdad del origen del sufrimiento , la verdad del cese del sufrimiento y la verdad del camino que conduce al cese del sufrimiento. Se dice que Shakyamuni expuso las cuatro nobles verdades en el Parque de los Ciervos, en Varanasi, India, durante el primer sermón que dio después de lograr la iluminación. Ellas son: 1) toda existencia conlleva sufrimiento, 2)el sufrimiento es causado por el deseo egoísta ; 3) la erradicación del deseo egoísta produce el cese del sufrimiento y permite el logro del nirvana, y 4) hay un camino mediante el cual se puede lograrse esa erradicación, y es la disciplina del óctuple camino. Ese óctuple camino consiste en ideas correctas, pensamientos correctos, discurso correcto, acción correcta, forma de vida correcta, esfuerzo correcto, conciencia correcta y meditación correcta.
2-Veáse The Lotus and Its Opening and Closing Sutras, op. cit., cap. 16, pág 271. En esta escritura, Shakyamuni declara que su vida como buda es eternal, pero que él se extingue o entra en el nirvana para suscitar el espíritu de búsqueda de las personas.
3-Basado en el texto en japonés de un libro del presidente Ikeda titulado 
Seimei o Kataru.


domingo, agosto 16


LA CAUSA DEL SUFRIMIENTO EN LA PERSPECTIVA BUDISTA - BUDDHADASA BHIKKHU (2º PARTE)

La liberación es la salvación de la prisión.

Debemos recordar las palabras “salvación” y “liberación”, usadas en todas las religiones. La meta final de todas las religiones es la salvación, emancipación o cualquier palabra más conveniente, según cada idioma. Todas estas palabras tienen el mismo significado: ser salvados. Todas las religiones enseñan la salvación. Pero ¿de qué somos salvados? Somos salvados de la prisión espiritual. Aquello que todos buscan y necesitan -en este mismo momento- es lo que denominamos “libertad” o “liberación”, que es, simplemente, escapar de la prisión. Sea una prisión física, material, o una prisión mental, espiritual, el significado es el mismo. En todos los casos queremos libertad.

Aquellos que carecen de sabiduría pueden ver y temer solamente las prisiones físicas, materiales. Pero aquellos que poseen sabiduría (paññā) para observar más profundamente, verán cuánto más terrible y peligrosa es la prisión espiritual. Realmente es difícil ver que alguien se encierre en un calabozo ordinario, mientras todas las personas en el mundo están atrapadas en la prisión espiritual. Por ejemplo, todos los aquí sentados están libres de una prisión ordinaria, pero todos están encarcelados en una prisión espiritual. Aquello que nos lleva a estar interesados en el Dhamma, a venir a estudiar el Dhamma, a practicar desarrollo mental, es la opresión y la fuerza de estar cautivos en dicha prisión espiritual. Si ustedes sienten esto o no, no es importante. Esto nos fuerza, no importa cómo, a luchar y buscar una salida del encarcelamiento espiritual. No obstante, esto les está forzando a todos ustedes —percíbanlo o no— a encontrar la libertad espiritual. Por ello vienen a buscarla aquí (Al monasterio Suan Mokkh, N. del T) y a otros lugares semejantes.

Aunque aquello que nos hace prisioneros sea sólo una cosa, a saber, upādāna, esta prisión asume muchas formas diferentes. Existen docenas de estilos y tipos de prisión. Tomarnos un tiempo para estudiar cada tipo de prisión nos ayudará a entender este fenómeno mucho mejor. Entonces entenderemos mejor upādāna, y también entenderemos mejor tañā (deseo) y kilesa (impurezas de la mente) que, de acuerdo con la enseñanza buddhista, causan dukkha. Entenderemos la cuestión de dukkha, si entendemos claramente y por completo la cuestión de la prisión.

Me gustaría aconsejar que usen esta palabra “upadana” en lugar de “apego” o cualquier otra traducción. Palabras como esa son constantemente malinterpretadas. Puede ser que no la entiendan totalmente en este momento, pero traten de usar esta palabra “upādāna” para ir acostumbrando sus labios, sus mentes y sus sentimientos a ella. Debemos percibir que el corazón del Buddhismo es eliminar upādāna. El corazón del Buddhismo es aquel que se libra de upādāna o lo remueve. Entonces no hay prisión, entonces no hay dukkha.

Deben tomar los significados de los vocablos apegar, aferrar y agarrar (en inglés attachment, grasping y clinging), y combinarlos para obtener el significado de “upādāna”. Es mejor para nosotros usar la palabra upādāna. Su significado es más amplio y nos permitirá investigar esta materia más profunda y abarcativamente.

El sufrimiento en el budismo


LA CAUSA DEL SUFRIMIENTO EN LA PERSPECTIVA BUDISTA - BUDDHADASA BHIKKHU (1º PARTE)

Introducción.

Hablar acerca de aquello que llamamos “prisión” nos ayudará a comprender con mayor claridad aquello que llamamos “vida”. Así conoceremos mejor el Dhamma, lo cual nos ayudará a vivir la vida sin dukkha (insatisfacción, dolor, miseria, sufrimiento). De modo que ahora hablaremos acerca de la mencionada “prisión”. Preparen sus mentes para escuchar con atención.

Dondequiera que existan condiciones y señales de prisión, existe dukkha. Ustedes habrán observado que todas las formas y tipos de dukkha llevan alguna cualidad de prisión sobre sí. Ser capturado, encarcelado, encadenado y puesto en medio de dificultades y molestias, son característicasde dukkha. Si entienden esto, entonces entenderán el significado de lo que llamamos “upādāna” (apego), más claramente. Donde hay upādāna, hay una prisión. Es este mismo upādāna el que produce las condiciones de encarcelamiento.

Dondequiera que exista upādāna, existe esclavitud. La esclavitud puede ser positiva o negativa; ambas son igualmente aprisionantes. Considerando las cosas y apegándonos a las mismas como “yo” o “mío”, la esclavitud ocurre. Cuando saltamos hacia las cosas, quedamos atrapados en ellas, exactamente como si quedásemos atrapados en una prisión.

Todos los principios del Dhamma del Buddhismo pueden ser resumidos como: upādāna es la causa de dukkha; dukkha nace de upādāna. Debemos entender este asunto de upādāna correctamente. Para facilitar su comprensión, debemos verlo claramente como si fuera exactamente igual a una prisión. Es una prisión mental, una prisión espiritual. De modo que vamos a estudiar el Dhamma y desarrollar samādhi (estabilidad y calma mental) y vipassanā (insight, visión clara) con el objetivo de destruir upādāna. O, metafóricamente hablando, estudiamos el Dhamma y desarrollamos la mente para destruir la prisión que nos tiene atrapados.

Estamos hablando acerca de una prisión mental o espiritual, pero tiene el mismo significado que una prisión concreta. Es exactamente como las prisiones físicas que hay por todas partes, en las cuales las personas son alojadas. Pero ahora estamos hablando de una prisión puramente espiritual. Lo extraño o extraordinario en esta prisión es que no podemos ver su substancia con nuestros ojos. Lo que es más extraordinario aún es que las personas se encierran voluntariamente en esta prisión. Están realmente encantadas de ir y encerrarse en la prisión espiritual. Este es un aspecto muy raro de la prisión espiritual.