Quiero resaltar la importancia de la selección cuidadosa y correcta de quien compartirá nuestras vidas.
¿Has pensado alguna vez cómo seleccionas tu pareja?
Es preferible una acertada elección ahora, a una relación que tengamos que llevar a rastras por el resto de nuestras vida.
La atracción amorosa ha sido un misterio para el ser humano. Sin embargo, está claro para muchos que cuando buscamos pareja nos sentimos atraídos por personas que gozan de cualidades de las que carecemos. Nos apasionan los encantos que no poseemos y las habilidades que siempre quisimos tener y que, por alguna razón, no desarrollamos. Experimentamos una admiración especial por dichos atributos y por las personas que los exhiben. No en vano simbolizamos nuestro amor con la unión de dos medias naranjas. Nos referimos, muchas veces, a nuestra pareja como nuestra media naranja.
Cuando conseguimos a la persona que posee esos atributos, entonces sentimos que hemos alcanzado la completitud, es como obtener el éxtasis. La naranja se ha completado, por lo menos eso creemos!
Durante la etapa de enamoramiento o de la luna de miel emocional, nos regocijamos en esas aptitudes que nos hicieron enloquecer por nuestros amantes. Si somos tímidos, disfrutamos enormemente de su personalidad extrovertida. Estimulamos su risa, sus comentarios y sus intervenciones en público. Si somos emocionalmente rígidos, nos divertimos con su personalidad artística y bohemia.
Todo parece funcionar a la perfección mientras la etapa de la luna de miel emocional permanece encendida. Pero ¿qué pasa con dichos encantos cuando la realidad toca a la puerta? Es como quitarnos la venda de los ojos. Palpamos una realidad ya ineludible. Todas esas cualidades que constituyeron la esencia primordial del enamoramiento pasan a ser uno de los mayores obstáculos para el amor. Ahora deseas que tu pareja no fuera tan extrovertida, y detestas sus comentarios en público porque te suenan impertinentes más que divertidos. Y para ti, que te deleitabas con sus aptitudes musicales, que te divertías mientras cantaba y bailaba, deseas ahora que compartiera más tiempo contigo, en la calidez y quietud del hogar. Y si te sentías seguro(a) con las características protectoras de tu pareja, ahora te parece controlador(a) e insoportablemente dependiente.
Si no estás consciente de lo que pasa, tratarás de detener o someter esas cualidades que ahora tanto te irritan. Harás todo lo que esté a tu alcance para reprimirlas, como posiblemente hicieron tus padres contigo, razón por la cual nunca las desarrollaste. Es como si intentaras repetir la historia. Así, a quien solías llamar tu media naranja, lo deja de ser de la noche a la mañana. La completitud que creías haber alcanzado fue un simple espejismo. Nunca existió. La búsqueda de completitud es totalmente ilusoria. Ésta nunca es alcanzada a través de una pareja. Tu pareja no está contigo para hacerte sentir completo(a) ni para aliviar tus carencias.
¿Qué hacer, pues, una vez que la fantasía y la magia del enamoramiento termina y las verdaderas caras son develadas? O irremediablemente la relación llega a su final o podría surgir la etapa más larga, complicada pero la más hermosa del amor: el amor bonito. En esta etapa la aceptación y el respeto son claves fundamentales para el éxito de la pareja.
Si las cualidades de tu pareja fueron el gancho que una vez te hicieron sentir mariposas en el estómago, bien vale la pena hacer el esfuerzo por reconciliarte con ellas, para darle la bienvenida al amor bonito. En lugar de intentar repetir una historia de coerción, te invito a reescribir tu relato de vida. ¡Esta vez podría ser diferente!
Está claro que tenemos la oportunidad de resolver nuestra propia frustración para poder darle paso a una resolución personal. Así, lograremos no sólo aceptar los atributos de nuestro(a) compañero(a), ¡sino amarlos!
Tomado de Comunidad Internacional Reiki Dragón Rojo
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miércoles, octubre 27
jueves, diciembre 10
Relaciones Tòxicas
Si estás inmerso (o inmersa) en un vínculo de pareja que te produce mucha pena y desdicha y poca alegría y buenos momentos, que en algunos momentos te hace sentir que de algún modo llegas a desdibujarte como persona en pos de mantener una armonía o comunicación ficticias, es bien probable que formes parte de una relación tóxica. Determinarlo te será de suma utilidad para desactivarla y acceder a una vida emocional más satisfactoria.
Una relación tóxica es aquélla en la cual una o las dos personas sufren mucho más de lo que experimentan dicha y placer por estar juntos. Uno de los integrantes (y en algunos casos ambos) se ven sometidos a un gran desgaste por tratar de sostener la relación. Este tipo de vínculos provocan más insatisfacción que felicidad, y la sensación de bienestar que pueden proporcionar en escasos momentos es muy efímera ya que para vivenciarla es necesario silenciar o pasar por alto ciertas cosas que, de darles la importancia que efectivamente tienen, causarían un profundo dolor e incluso llegarían a poner en peligro la continuidad de la pareja. Ten presente que nada bueno puede surgir de uniones entre personas que generan actitudes y emociones lacerantes que nublan tu capacidad de alcanzar la plenitud emocional que te mereces.
Las relaciones ideales entre las personas son ganar-ganar. Una relación tóxica nunca puede catalogarse como tal, son de ganar-perder y, en muchos casos, las dos personas involucradas pierden. Si tú eres quien en estos momento se está planteando si el vínculo que te causa insatisfacción y momentos desagradables es de esta índole, piensa si hay comportamientos tóxicos involucrados. Si de a ratos preferirías no estar con esa persona porque te hiere y te entristece visceralmente, si utiliza mecanismos tales como la culpa, el sarcasmo y la burla para manipularte, si mina tu autoestima y tu capacidad de que decidas de manera individual lo mejor para ti, si has llegado al punto de no reconocerte a ti mismo, entonces eres parte de una relación tóxica y eres tú quien sin duda pierdes en esta forma de comunicación dispareja.
¿Qué nos lleva a involucrarnos en relaciones tóxicas?
Hay diferentes razones, a continuación detallo las más usuales:
La baja autoestima. Si nuestras creencias están basadas en sentir que no somos merecedores de la atención, el respeto o el amor de otra persona, quien aparezca será considerado (o considerada) nuestra tabla de salvación, a la que nos aferraremos con uñas y dientes porque sin esta persona, ¿quién nos querrá? O ¿quién pagará nuestras cuentas? O ¿quién nos cuidará?
El creernos salvadores. Fantasear que nosotros podemos cambiar a esa persona, que hemos llegado a su vida para que se transforme en otra clase de ser humano, mejor, más como nosotros queremos que sea, suponer que con nosotros se comportará de una manera diferente a la que suele hacerlo, que lograremos que se operen modificaciones impensadas, son caminos de ida hacia el sufrimiento. Podemos ayudar a que otras personas cambien rasgos de su personalidad que les molesten, siempre y cuando se den cuenta de que este cambio los favorecería, decidan hacerlo y además quieran que los ayudemos. Lo que sí tenemos es la capacidad concreta de lograr que se produzcan cambios asombrosos en nosotros mismos si así lo deseamos: esta capacidad es innata, por lo que nada ni nadie podrá privarnos de ella nunca. Es sólo cuestión de tomar la decisión de hacerlo y poner manos a la obra.
El asumir el rol de víctimas. Quién nos va a querer o a aceptar como esta persona que se digna a darnos ratos de su tiempo, o a convivir con nosotros, en definitiva, a darnos momentos su (mala) compañía cuando le place. El asumir este rol implica que estaremos generando (o aceptando) a una persona que se comportará como victimario.
La urgencia de muestras de cariño. Este tipo de deseo imperioso es muy mal consejero, y se suma a la necesidad de suplir carencias profundas. A veces da como resultado el tolerar cualquier cosa por un poco de lo que atisbamos como cariño (una demostración de afecto, sexo, un regalo), pero que en realidad encubre otro comportamiento de fondo (uso, abuso, egoísmo, maltrato, falta de respeto, etc.).
Estar acompañado a cualquier precio. El miedo a la soledad es el paso preliminar hacia una posible relación tóxica ya que, vuelvo a mencionarlo, toleraremos literalmente cualquier cosa con tal de no estar solos. Considero que no hay mayor sensación de soledad agobiante que el creer que uno está acompañado por alguien que le va a hacer bien cuando esto en realidad no es así y esa persona no sólo no cumple con nuestras expectativas más esenciales sino que atenta (con marcado éxito) contra nuestra calida de vida. ¿Cómo confiar en alguien que demuestra que no quiere nuestro bien? (Aunque diga otra cosa).
El aburrimiento. La búsqueda de nuevas sensaciones, de una manera de alejarnos de la monotonía o de la rutina puede hacer que sólo veamos una faceta de la personalidad de quien nos atrae, la divertida y agradable que nos saca del letargo en el que estábamos, y no logramos visualizar el resto de la personalidad de quien nos atrae, en la cual hay comportamientos tóxicos que en un principio no identificamos. Encontrar a alguien que tiene gustos similares a los nuestros es muy bueno - ¡enmascarar una relación tóxica no lo es! Una vez inmersos en un vínculo de esta índole, se nos dificulta salir porque creemos falsamente que volveremos al aburrimiento inicial…. ¡esto depende enteramente de nosotros! Hay muchas personas que comparten nuestros gustos y sueños que no precisan crear un vínculo tóxico para relacionarse.
La necesidad imperiosa de cumplir algún rol social, como por ejemplo el de esposa/o, madre o padre tal vez pueda llegar a hacernos priorizar el fin antes que ver a la persona que elegimos como realmente es. Algunas veces tratamos por todos los medios posibles de enmascarar la realidad para seguir manteniendo las apariencias y la estructura social, aunque el costo interno suele ser demasiado alto.
El miedo a seguir avanzando en la vida. Si tenemos un vínculo con una persona que nos pone frenos o nos cercena en nuestro crecimiento y nos estancamos en cierta área de nuestra vida (ya sea personal, laboral, espiritual o profesional) ¿no somos nosotros mismos quienes aceptamos quedarnos en una zona conocida en vez de crecer, desarrollarnos, cambiar y superarnos? Tal vez ésta ha sido tu ganancia secundaria y por eso has sostenido este tipo de comunicación por más tiempo del que quisiste o creíste poder soportar.
¿Quién dijo que amar es dar sin ninguna clase de límites?
En principio hay un límite bien claro, y es el respeto y el amor a uno mismo, que está por encima de todo lo demás. Si no te quieres ni te haces valer y ensalzas a otra persona al punto de priorizarla por sobre tu bienestar y estabilidad interna, incurriendo en sacrificios estériles, integras una relación tóxica. Si la comunicación con otra persona te hace decididamente mal, impide que desarrolles tu potencial, te frustra una y otra vez, implica que relegues deseos que son muy genuinos para ti, en síntesis, no sólo no suma sino que decididamente resta, ¿hasta cuándo seguirás tolerándola?
Amar con equilibrio es la clave hacia una vida emocional sana y placentera. Trae aparejado no permitir que persona alguna interfiera en otras actividades o áreas de nuestra vida, entender que es bien posible desarrollarse en lo que uno genuinamente desee, y además crear y disfrutar vínculos sanos con otras personas. No hay por qué dejar de lado nuestras expectativas, ilusiones, deseos y sueños por intentar sostener una situación que a las claras resulta insostenible, salvo que comprometamos nuestra integridad emocional, nuestra salud, el justo respeto que nos merecemos como seres valiosos que somos y el derecho legítimo a ser plenamente felices.
Si estás inmerso o inmersa en una situación de este tipo, tienes una salida… en realidad, muchas. Cuando tú lo decidas le podrás poner fin al sufrimiento y lograrás abrir la puerta de par en par a una realidad distinta, a un futuro lleno de concreciones, optimismo y buenos tratos.
En el caso de que te des cuenta que se ha generado una relación tóxica con un jefe o superior, tal vez no le hayas puesto punto final aún por miedo a perder el trabajo, a no poder valerte económicamente, a no encontrar otro empleo que pague tus cuentas… ¡bien se puede buscar un trabajo mientras nos vamos despidiendo de nuestro jefe tóxico!
Asimismo, siempre cuentas con la posibilidad real de decidir cambiar los términos de tu vínculo de pareja tóxico en el momento que estés preparado (o preparada) para hacerlo. Si te disocias del rol que asumiste en este vínculo (salvador, maltratado, quien-todo-lo- aguanta, perdedor, sumisa, etc.) la otra persona automáticamente cambiará su postura al tratarte ya que no encontrará el mismo eco de tu parte. Por ejemplo, para que haya una persona en rol de victimario debe existir su contraparte, alguien que asuma el rol de víctima. Si uno de los dos desaparece, el otro pierde fuerza y cambia su postura … ¡se desintegra este par de roles! Asimismo, este cambio de roles y de conductas desactivará el poder que la otra persona tiene sobre ti.
Tal vez no te resulte fácil controlar tus emociones o sentimientos, aunque sí puedes elegir qué hacer y qué no hacer con ellos. Eres libre para decidir qué clase de relaciones y de personas te rodearán cada día de tu vida.
'La honestidad, la integridad y un genuino sentido del amor, sean tu huella personal.'
'Mucha gente caminará dentro y fuera de tu vida, pero solo los buenos amigos dejaran huellas en tu corazón.'
'EL HOMBRE MAS FELIZ Y LIBRE LLEVA ATADO UNA MUJER A SU CORAZON'
'El Amor es Respeto Responsabilidad y Compromiso y No se establece dònde no lo hay'.
'El amor verdadero está ligado a la plena toma de conciencia de cada acto... de cada gesto... de cada sentimiento y de cada pensamiento. ..'
El amor de pareja es la sintonía de dos frecuencias psíquicas y mentales que se van armonizando poco a poco y que gradualmente van creando una sola música. Ya no se trata de dos instrumentos musicales que suenan cada uno por su lado, sino de un dúo sincronizado y lleno de vida.
'Hay que elevarse mentalmente para luego dar un amor puro, limpio y desapegado.. .
...Tiende al amor elevado, idealizado y vuela tan alto como las àguilas'.
'Para llegar al otro, la ternura es un camino mucho más corto y directo que la crítica'
'Manten un equilibrio entre el mundo de lo abstracto y el mundo de lo concreto, así como entre la fe y la razón...'
'El Ser humano tiene dentro de sí algo muy valioso; DIGNIDAD pero muchos viven ignorantes de ello'
¿Sabías que se puede extrañar aquello que nunca se ha tenido?...¿Sabí as que la nostalgia de un hipotético futuro existe?... Yo no lo sabía, tú me lo enseñaste, sin querer...
'Llega un momento en nuestras vidas en que debemos renunciar a algo o a alguien que una vez apreciabamos pero que ya no tiene más un propósito positivo en nuestras vidas. '
Una relación tóxica es aquélla en la cual una o las dos personas sufren mucho más de lo que experimentan dicha y placer por estar juntos. Uno de los integrantes (y en algunos casos ambos) se ven sometidos a un gran desgaste por tratar de sostener la relación. Este tipo de vínculos provocan más insatisfacción que felicidad, y la sensación de bienestar que pueden proporcionar en escasos momentos es muy efímera ya que para vivenciarla es necesario silenciar o pasar por alto ciertas cosas que, de darles la importancia que efectivamente tienen, causarían un profundo dolor e incluso llegarían a poner en peligro la continuidad de la pareja. Ten presente que nada bueno puede surgir de uniones entre personas que generan actitudes y emociones lacerantes que nublan tu capacidad de alcanzar la plenitud emocional que te mereces.
Las relaciones ideales entre las personas son ganar-ganar. Una relación tóxica nunca puede catalogarse como tal, son de ganar-perder y, en muchos casos, las dos personas involucradas pierden. Si tú eres quien en estos momento se está planteando si el vínculo que te causa insatisfacción y momentos desagradables es de esta índole, piensa si hay comportamientos tóxicos involucrados. Si de a ratos preferirías no estar con esa persona porque te hiere y te entristece visceralmente, si utiliza mecanismos tales como la culpa, el sarcasmo y la burla para manipularte, si mina tu autoestima y tu capacidad de que decidas de manera individual lo mejor para ti, si has llegado al punto de no reconocerte a ti mismo, entonces eres parte de una relación tóxica y eres tú quien sin duda pierdes en esta forma de comunicación dispareja.
¿Qué nos lleva a involucrarnos en relaciones tóxicas?
Hay diferentes razones, a continuación detallo las más usuales:
La baja autoestima. Si nuestras creencias están basadas en sentir que no somos merecedores de la atención, el respeto o el amor de otra persona, quien aparezca será considerado (o considerada) nuestra tabla de salvación, a la que nos aferraremos con uñas y dientes porque sin esta persona, ¿quién nos querrá? O ¿quién pagará nuestras cuentas? O ¿quién nos cuidará?
El creernos salvadores. Fantasear que nosotros podemos cambiar a esa persona, que hemos llegado a su vida para que se transforme en otra clase de ser humano, mejor, más como nosotros queremos que sea, suponer que con nosotros se comportará de una manera diferente a la que suele hacerlo, que lograremos que se operen modificaciones impensadas, son caminos de ida hacia el sufrimiento. Podemos ayudar a que otras personas cambien rasgos de su personalidad que les molesten, siempre y cuando se den cuenta de que este cambio los favorecería, decidan hacerlo y además quieran que los ayudemos. Lo que sí tenemos es la capacidad concreta de lograr que se produzcan cambios asombrosos en nosotros mismos si así lo deseamos: esta capacidad es innata, por lo que nada ni nadie podrá privarnos de ella nunca. Es sólo cuestión de tomar la decisión de hacerlo y poner manos a la obra.
El asumir el rol de víctimas. Quién nos va a querer o a aceptar como esta persona que se digna a darnos ratos de su tiempo, o a convivir con nosotros, en definitiva, a darnos momentos su (mala) compañía cuando le place. El asumir este rol implica que estaremos generando (o aceptando) a una persona que se comportará como victimario.
La urgencia de muestras de cariño. Este tipo de deseo imperioso es muy mal consejero, y se suma a la necesidad de suplir carencias profundas. A veces da como resultado el tolerar cualquier cosa por un poco de lo que atisbamos como cariño (una demostración de afecto, sexo, un regalo), pero que en realidad encubre otro comportamiento de fondo (uso, abuso, egoísmo, maltrato, falta de respeto, etc.).
Estar acompañado a cualquier precio. El miedo a la soledad es el paso preliminar hacia una posible relación tóxica ya que, vuelvo a mencionarlo, toleraremos literalmente cualquier cosa con tal de no estar solos. Considero que no hay mayor sensación de soledad agobiante que el creer que uno está acompañado por alguien que le va a hacer bien cuando esto en realidad no es así y esa persona no sólo no cumple con nuestras expectativas más esenciales sino que atenta (con marcado éxito) contra nuestra calida de vida. ¿Cómo confiar en alguien que demuestra que no quiere nuestro bien? (Aunque diga otra cosa).
El aburrimiento. La búsqueda de nuevas sensaciones, de una manera de alejarnos de la monotonía o de la rutina puede hacer que sólo veamos una faceta de la personalidad de quien nos atrae, la divertida y agradable que nos saca del letargo en el que estábamos, y no logramos visualizar el resto de la personalidad de quien nos atrae, en la cual hay comportamientos tóxicos que en un principio no identificamos. Encontrar a alguien que tiene gustos similares a los nuestros es muy bueno - ¡enmascarar una relación tóxica no lo es! Una vez inmersos en un vínculo de esta índole, se nos dificulta salir porque creemos falsamente que volveremos al aburrimiento inicial…. ¡esto depende enteramente de nosotros! Hay muchas personas que comparten nuestros gustos y sueños que no precisan crear un vínculo tóxico para relacionarse.
La necesidad imperiosa de cumplir algún rol social, como por ejemplo el de esposa/o, madre o padre tal vez pueda llegar a hacernos priorizar el fin antes que ver a la persona que elegimos como realmente es. Algunas veces tratamos por todos los medios posibles de enmascarar la realidad para seguir manteniendo las apariencias y la estructura social, aunque el costo interno suele ser demasiado alto.
El miedo a seguir avanzando en la vida. Si tenemos un vínculo con una persona que nos pone frenos o nos cercena en nuestro crecimiento y nos estancamos en cierta área de nuestra vida (ya sea personal, laboral, espiritual o profesional) ¿no somos nosotros mismos quienes aceptamos quedarnos en una zona conocida en vez de crecer, desarrollarnos, cambiar y superarnos? Tal vez ésta ha sido tu ganancia secundaria y por eso has sostenido este tipo de comunicación por más tiempo del que quisiste o creíste poder soportar.
¿Quién dijo que amar es dar sin ninguna clase de límites?
En principio hay un límite bien claro, y es el respeto y el amor a uno mismo, que está por encima de todo lo demás. Si no te quieres ni te haces valer y ensalzas a otra persona al punto de priorizarla por sobre tu bienestar y estabilidad interna, incurriendo en sacrificios estériles, integras una relación tóxica. Si la comunicación con otra persona te hace decididamente mal, impide que desarrolles tu potencial, te frustra una y otra vez, implica que relegues deseos que son muy genuinos para ti, en síntesis, no sólo no suma sino que decididamente resta, ¿hasta cuándo seguirás tolerándola?
Amar con equilibrio es la clave hacia una vida emocional sana y placentera. Trae aparejado no permitir que persona alguna interfiera en otras actividades o áreas de nuestra vida, entender que es bien posible desarrollarse en lo que uno genuinamente desee, y además crear y disfrutar vínculos sanos con otras personas. No hay por qué dejar de lado nuestras expectativas, ilusiones, deseos y sueños por intentar sostener una situación que a las claras resulta insostenible, salvo que comprometamos nuestra integridad emocional, nuestra salud, el justo respeto que nos merecemos como seres valiosos que somos y el derecho legítimo a ser plenamente felices.
Si estás inmerso o inmersa en una situación de este tipo, tienes una salida… en realidad, muchas. Cuando tú lo decidas le podrás poner fin al sufrimiento y lograrás abrir la puerta de par en par a una realidad distinta, a un futuro lleno de concreciones, optimismo y buenos tratos.
En el caso de que te des cuenta que se ha generado una relación tóxica con un jefe o superior, tal vez no le hayas puesto punto final aún por miedo a perder el trabajo, a no poder valerte económicamente, a no encontrar otro empleo que pague tus cuentas… ¡bien se puede buscar un trabajo mientras nos vamos despidiendo de nuestro jefe tóxico!
Asimismo, siempre cuentas con la posibilidad real de decidir cambiar los términos de tu vínculo de pareja tóxico en el momento que estés preparado (o preparada) para hacerlo. Si te disocias del rol que asumiste en este vínculo (salvador, maltratado, quien-todo-lo- aguanta, perdedor, sumisa, etc.) la otra persona automáticamente cambiará su postura al tratarte ya que no encontrará el mismo eco de tu parte. Por ejemplo, para que haya una persona en rol de victimario debe existir su contraparte, alguien que asuma el rol de víctima. Si uno de los dos desaparece, el otro pierde fuerza y cambia su postura … ¡se desintegra este par de roles! Asimismo, este cambio de roles y de conductas desactivará el poder que la otra persona tiene sobre ti.
Tal vez no te resulte fácil controlar tus emociones o sentimientos, aunque sí puedes elegir qué hacer y qué no hacer con ellos. Eres libre para decidir qué clase de relaciones y de personas te rodearán cada día de tu vida.
'La honestidad, la integridad y un genuino sentido del amor, sean tu huella personal.'
'Mucha gente caminará dentro y fuera de tu vida, pero solo los buenos amigos dejaran huellas en tu corazón.'
'EL HOMBRE MAS FELIZ Y LIBRE LLEVA ATADO UNA MUJER A SU CORAZON'
'El Amor es Respeto Responsabilidad y Compromiso y No se establece dònde no lo hay'.
'El amor verdadero está ligado a la plena toma de conciencia de cada acto... de cada gesto... de cada sentimiento y de cada pensamiento. ..'
El amor de pareja es la sintonía de dos frecuencias psíquicas y mentales que se van armonizando poco a poco y que gradualmente van creando una sola música. Ya no se trata de dos instrumentos musicales que suenan cada uno por su lado, sino de un dúo sincronizado y lleno de vida.
'Hay que elevarse mentalmente para luego dar un amor puro, limpio y desapegado.. .
...Tiende al amor elevado, idealizado y vuela tan alto como las àguilas'.
'Para llegar al otro, la ternura es un camino mucho más corto y directo que la crítica'
'Manten un equilibrio entre el mundo de lo abstracto y el mundo de lo concreto, así como entre la fe y la razón...'
'El Ser humano tiene dentro de sí algo muy valioso; DIGNIDAD pero muchos viven ignorantes de ello'
¿Sabías que se puede extrañar aquello que nunca se ha tenido?...¿Sabí as que la nostalgia de un hipotético futuro existe?... Yo no lo sabía, tú me lo enseñaste, sin querer...
'Llega un momento en nuestras vidas en que debemos renunciar a algo o a alguien que una vez apreciabamos pero que ya no tiene más un propósito positivo en nuestras vidas. '
jueves, octubre 8
Principe Azul ¿Existe o no el hombre ideal?
Hace algunos días tuve la oportunidad de reunirme con algunas compañeras de la universidad, en realidad no éramos muchas, casi siempre las mismas con las que solía hacer planes que solo se hacen con las más amigas.
Les confieso que tenía sentimientos encontrados, debido a que como hacía bastante tiempo que no hablábamos estaba a la expectativa de tener algo que contar y ojalá fuera algo bueno, importante y atractivo. Todo se resumía en “amigas encontré el hombre perfecto”. Y lo digo porque para nosotras, no se si a ustedes les ha pasado nuestras conversaciones terminan siempre girando entorno a ellos y en discutir si existe o no el hombre ideal. Como era de esperarse, todas llegamos muy lindas y eso sí con el mejor atuendo. Ah, por cierto el lugar escogido estaba de ataque y solo para que se hagan una idea se llama solos y solas pero bueno luego hablaremos de estos sitios.
Por ahora les cuento que como si se tratara de un chiste o la ayuda del cosmos, la mayoría éramos solteritas y a la orden, solo una tenía una relación estable. Este fue el punto de partida para que toda la noche expresáramos: ¿cómo debe ser el hombre ideal? Algunas coincidían en pensar que este ideal de hombre definitivamente no existe, porque de alguna u otra manera por más cualidades que se tengan siempre se tiene un defecto y que ese defecto en algún momento tiene que aflorar. Según entendí no es que uno espere un santo canonizado si no uno que sea capaz de reconocer y mejorar, que en lo personal creo que es el dolor de cabeza de la mayoría de las mujeres y el rompimiento de mas de una relación.
El luchar día tras día porque esa persona demuestre con un cambio cuanto le interesamos. Trabajo que si no se tiene resultados nos lleva a un desgaste personal, al desánimo y, porque no, al desamor. Por otra parte, la mas racional de mis amigas, y la llamo así porque es de las que piensa que a las relaciones se les debe meter mas razón que corazón, cree que el hombre ideal es aquel que cumple con las necesidades básicas, es decir que pueda pagarle las tarjetas, los recibos, las salidas, los viajes y una que otra prendita. ¿Acaso es este el hombre ideal para ti? Ahora bien, el lado opuesto lo piensa mi otra gran amiga quién argumenta que para ella su ideal de hombre se resume en solo dos palabras: un ser espiritual y muy trabajador.
Todo punto de vista es respetable y más si se tiene en cuenta que en cuestión de hombres nada está escrito. Reconozco que no es que se trate de interés aunque en algunos casos lo sea, yo prefiero llamarlo “velar por nuestro bienestar económico”. No se si estarán de acuerdo o no pero me imagino que para toda mujer o al menos para mi, el hombre ideal debería ser una mezcla entre el rostro y la figura de Brad Pitt, con la importancia e inteligencia de Barack Obama , la dulzura de Juan pablo II y el bienestar económico de Donald Trump. ¿Te identificas con un hombre así o cómo lo prefieres? Saben que chicas yo soy la más romántica del grupo, toda mi vida he tenido claro que mi hombre ideal es aquel que me ame tal cual como soy, con mis gorditos, con mis defectos, pero sobre todo aquel que me respete y me consienta aún sin maquillaje y recién levantada.
Luego de algunos tragos y el transcurrir de la noche solo coincidíamos en pensar en que ese espécimen llamado hombre son y serán ideales dependiendo del gusto, las características, el amor y la tolerancia que haya en cada corazón. Bien dice el sabio refrán que los hombres son como el transporte público, nunca llega el que uno espera. ¿Será que el hombre ideal de cada quien sale del corazón? ¿Tienes tú el hombre ideal a tu lado?
Les confieso que tenía sentimientos encontrados, debido a que como hacía bastante tiempo que no hablábamos estaba a la expectativa de tener algo que contar y ojalá fuera algo bueno, importante y atractivo. Todo se resumía en “amigas encontré el hombre perfecto”. Y lo digo porque para nosotras, no se si a ustedes les ha pasado nuestras conversaciones terminan siempre girando entorno a ellos y en discutir si existe o no el hombre ideal. Como era de esperarse, todas llegamos muy lindas y eso sí con el mejor atuendo. Ah, por cierto el lugar escogido estaba de ataque y solo para que se hagan una idea se llama solos y solas pero bueno luego hablaremos de estos sitios.
Por ahora les cuento que como si se tratara de un chiste o la ayuda del cosmos, la mayoría éramos solteritas y a la orden, solo una tenía una relación estable. Este fue el punto de partida para que toda la noche expresáramos: ¿cómo debe ser el hombre ideal? Algunas coincidían en pensar que este ideal de hombre definitivamente no existe, porque de alguna u otra manera por más cualidades que se tengan siempre se tiene un defecto y que ese defecto en algún momento tiene que aflorar. Según entendí no es que uno espere un santo canonizado si no uno que sea capaz de reconocer y mejorar, que en lo personal creo que es el dolor de cabeza de la mayoría de las mujeres y el rompimiento de mas de una relación.
El luchar día tras día porque esa persona demuestre con un cambio cuanto le interesamos. Trabajo que si no se tiene resultados nos lleva a un desgaste personal, al desánimo y, porque no, al desamor. Por otra parte, la mas racional de mis amigas, y la llamo así porque es de las que piensa que a las relaciones se les debe meter mas razón que corazón, cree que el hombre ideal es aquel que cumple con las necesidades básicas, es decir que pueda pagarle las tarjetas, los recibos, las salidas, los viajes y una que otra prendita. ¿Acaso es este el hombre ideal para ti? Ahora bien, el lado opuesto lo piensa mi otra gran amiga quién argumenta que para ella su ideal de hombre se resume en solo dos palabras: un ser espiritual y muy trabajador.
Todo punto de vista es respetable y más si se tiene en cuenta que en cuestión de hombres nada está escrito. Reconozco que no es que se trate de interés aunque en algunos casos lo sea, yo prefiero llamarlo “velar por nuestro bienestar económico”. No se si estarán de acuerdo o no pero me imagino que para toda mujer o al menos para mi, el hombre ideal debería ser una mezcla entre el rostro y la figura de Brad Pitt, con la importancia e inteligencia de Barack Obama , la dulzura de Juan pablo II y el bienestar económico de Donald Trump. ¿Te identificas con un hombre así o cómo lo prefieres? Saben que chicas yo soy la más romántica del grupo, toda mi vida he tenido claro que mi hombre ideal es aquel que me ame tal cual como soy, con mis gorditos, con mis defectos, pero sobre todo aquel que me respete y me consienta aún sin maquillaje y recién levantada.
Luego de algunos tragos y el transcurrir de la noche solo coincidíamos en pensar en que ese espécimen llamado hombre son y serán ideales dependiendo del gusto, las características, el amor y la tolerancia que haya en cada corazón. Bien dice el sabio refrán que los hombres son como el transporte público, nunca llega el que uno espera. ¿Será que el hombre ideal de cada quien sale del corazón? ¿Tienes tú el hombre ideal a tu lado?
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