viernes, octubre 29

EL PODER DE SANAR

Los primeros curanderos y sanadoras eran los brujos o chamanes de la tribu. Personas que servían de puente entre el mundo de los mortales y el de los espíritus.
En aquella época se tenía la creencia de que todas las enfermedades provenían del mundo de los espíritus y el chamán intercedía ante ellos para que se curase el enfermo. Además de sus ritos actuaban también con hierbas y pócimas medicinales confeccionadas con productos de la naturaleza, que aportaba también su fuerza mágica y curativa.

El concepto de que los males físicos pueden venir total o parcialmente de otros niveles no-físicos no parece tan descabellada hoy día.

La moderna psicología ha demostrado cómo las personas pueden somatizar enfermedades, es decir, provocárselas ellas mismas debido a problemas emocionales o mentales.

Si se soluciona el problema emocional o mental la enfermedad desaparece tan misteriosamente como vino.

Los médicos chinos y los taoístas creen que las enfermedades provienen de un desequilibrio de la polaridad básica de la vida y del ser humano, del ying y el yang, de lo masculino y lo femenino, de espíritu y materia. Sus métodos de curación están basados en tratar de restablecer ese equilibrio.

El moderno concepto holístico de la salud también cree que en la enfermedad todo está relacionado, desde la forma de alimentarse, el medio ambiente, las costumbres sociales , el mundo emocional y espiritual de la persona.

Parece ser que los antiguos chamanes no andaban tan descaminados y, de hecho, hay muchas personas que curan o sanan a los demás gracias a un don espiritual, aunque también puedan aconsejar hierbas, dietas y determinados ejercicios.

En esta página queremos ayudarte a recuperar la salud utilizando todos los mecanismos posibles. Naturalmente que no vamos a hablar de los aspectos médicos ni de enfermedades en concreto, aunque poco a poco iremos añadiendo listados de alimentos y plantas junto a su valor terapéutico.

Nuestro esfuerzo va a estar en el camino de lograr primero una sanación espiritual y emocional de la persona. Comprometerla en la responsabilidad de su curación y darle mecanismos e información que le ayuden en ese cometido.

Todo está relacionado y no podemos desatender ningún nivel si realmente queremos desplegar toda la fuerza posible. Por eso recomendamos siempre los siguientes caminos:

NIVEL FÍSICO.-

* Acudir al médico o especialista en el tipo de medicina que crea para que le diagnostique la enfermedad. Contraste los diagnósticos, pida información sobre ventajas e inconvenientes de los tratamientos y una vez decidido el método a seguir, hágalo bien. El problema está en que hay enfermedades para los que la medicina convencional no tiene cura salvo calmantes para amortiguar el dolor. Si ese es su caso, no se conforme y, quizá sea hora de acudir a procedimientos alternativos.

* Alimentarse adecuadamente para el tipo de enfermedad que se tenga. Evitar los alimentos contraproducentes y aumentar los más beneficiosos. Las frutas y, especialmente sus licuados naturales, son poderosas medicinas pero es necesaria la constancia. El tipo de dieta para cada enfermedad debe ser especificado por alguien experto.

* Utilizar las hierbas medicinales y los procedimientos naturales que sean apropiados.

NIVEL EMOCIONAL.-

* Nunca asustarse ni temer a la enfermedad por muy grave y fatal que parezca.

* Tener un ánimo positivo de esperanza y de dignidad personal. No culpabilizarse de lo sucedido, ni lamentarse ni recrearse en la mala suerte.

* Utilizar la Meditación para estar en paz e irradiar energía positiva. Se pueden hacer meditaciones personalizadas para cada tipo de enfermedad.

* En la medida de las posibilidades físicas, vivir la vida con toda la intensidad posible, disfrutar de cada momento y de cada persona.

* No luches contra la enfermedad, lucha por tu salud. Acepta a tu enfermedad porque está ahí y tiene un sentido, el de que te comprometas más con tu vida, con la vida, o cualquier otro motivo posible que permanece oculto.
Quizá te está pidiendo que cambies algunos hábitos, que te tomes la vida de otra manera, quizá simplemente te empuja a esforzarte y encontrar recursos dentro de ti. Lo importante es que seas positivo, que veas en lo que te ocurre una oportunidad para replantearte cosas y crecer como persona.

NIVEL ESPIRITUAL.-

La dimensión espiritual es la Globalidad que nos relaciona a todos. Cada uno lleva dentro una manifestación de ese Espíritu Global que, aunque es nuestro y nos alumbra, pertenece a la Totalidad como la llama pertenece al fuego. Avanzar en la dimensión espiritual es aceptar y comprender que todo está relacionado y que la vida, tu vida y la de todos, en su conjunto tiene un sentido.
Por más difícil y duro que le parezca esto a alguien que, precisamente tiene una grave enfermedad, su sanación espiritual depende de su capacidad para aceptar la globalidad de la vida.

Normalmente la enfermedad se caracteriza por un debilitamiento del cuerpo, lo que deja al enfermo más a solas que nunca y, por lo tanto, más necesitado de la fuerza de su espíritu.

El concepto de sanación espiritual tiene que ver con hacerse más permeable, con abrirse más que nunca a la fuerza y la luz del espíritu interior.

Esto va más allá de la simple fe en que uno va a curarse, que es más bien una preocupación y deseo de la mente. Ya he dicho que la sanación espiritual no es luchar contra la enfermedad sino dejar que la luz del espíritu ilumine la conciencia dando un sentido global a la vida de la persona. Es decir, es el momento de aceptar la vida en su totalidad, de comprender la propia vida y el sentido de la existencia.

Es el momento de dejarse iluminar por la luz del espíritu al margen de lo que pase. Esto no quiere decir tener una actitud pasiva ante la enfermedad pero repito que no es luchar contra la enfermedad sino favorecer la salud, que es algo bien diferente.

Si uno lucha contra algo ese algo se convierte en su enemigo y todos los enemigos, todas las luchas crean tensión y requieren energía para combatirlo.
Un enfermo requiere toda su energía para curarse no para luchar contra la enfermedad.

Esto parece un juego de palabras pero tiene su sentido. Repito que no se trata de ser pasivo ante la enfermedad. Hay que hacer todo lo necesario que pueda hacerse para recuperar la salud; pero la enfermedad no hay que verla como enemiga, como algo negativo, su existencia no debe provocar más daño en la mente del que ya se ha provocado en el cuerpo.

La sanación espiritual pasa por ver en la enfermedad una manifestación del espíritu, por lo tanto es algo que tiene su sentido y debe servir para replantearse y profundizar en la comprensión de la propia vida y en la aceptación de la vida en su totalidad.

Si consigues llegar a ese estado y esa comprensión puede producirse la paz y la alegría interior que es la manifestación de la sanación espiritual, lo que puede dar paso a la sanación física.

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